Trastornos del sueño

Como los adultos unos niños duermen más y otros menos. No es anormal que tu hijo duerma menos que sus hermanos o primos. Si se despierta contento es que ha dormido suficiente. (Trastornos del sueño, 2019)

Insomnio
 ¿QUÉ ES?
Consiste en la dificultad para dormirse solo, necesita compañía y se suele despertar con facilidad. Es el trastorno del sueño más habitual. La causa más frecuente es el no haber adquirido hábitos adecuados para dormir cuando era más pequeño, en el segundo o tercer semestre de la vida. También aparece porque algo altera su rutina, como aprender a andar, el nacimiento de un hermanito o la entrada en el colegio. 
¿QUÉ HACER EN LOS NIÑOS PEQUEÑOS? 
Reedúcale para dormir o sigue los siguientes consejos para prevenir los trastornos del sueño. 
• No acunes ni mezas a tu bebé para ir a dormir.
 • No le duermas en brazos.
• No interpretes el despertar de tu bebé como hambre, sed o miedo.
 • Si se despierta no le cojas ni le des de comer, se acostumbrará a ello. 
• Para muchos niños dormir es una pérdida de tiempo, se niegan o se inventan necesidades y te llama, no cedas, si lo haces le estás enseñando malos hábitos. 
• Algunos niños hablan, lloriquean o hacen ruido mientras duermen. No le despiertes, no entres en su habitación. 
• Si al llevarle a su cama llora desesperadamente cada noche, déjale en su cuna o cama y sal del cuarto. No entres en la habitación, es teatro, espera al menos cinco minutos. Si al entrar se calla, no le cojas ni le hables, sal diciendo “ahora a dormir”.
 • Si se despierta cada noche y te reclama para que le duermas, déjale llorar 30 minutos. Después entra para comprobar que está bien, algunos vomitan del enfado. No le hables, no le cojas, sal de la habitación y dices “ahora a dormir”. Así durante tres periodos de media hora. Antes del tercer día tu hijo no te reclamará, habrá aprendido a dormir sin tu ayuda. 
• Nunca utilices medicamentos, sedantes ni tranquilizantes para dormir.
¿QUÉ HACER CON LOS NIÑOS MAYORES Y ADOLESCENTES? 
• Enséñale que la cama es para dormir. No es para leer, ver la televisión ni para jugar con el ordenador ni con videojuegos.
 • Evita que se acueste excitado por ver películas, programas de televisión, lecturas de peleas o tras discutir con su familia. 
Prohíbe que tome bebidas estimulantes (energéticas, colas, café o té) por la tarde y noche.
 • Promueve que tu hijo realice ejercicio físico de forma regular, pero no justo antes de acostarse.
 • A veces puede necesitar medicación. Consulta a tu médico.
 • Debes preocuparte y consultar si observas que: – Se duerme en clase o llega repetidamente tarde al colegio. – Disminuye bruscamente su rendimiento escolar. – Tiene cambios de conducta. 

Pesadillas. 

Las pesadillas es un mal sueño. Consiste en vivir durante el sueño un hecho real o inventado. Casi la mitad de los niños lo tienen en algún momento de su vida.

¿QUÉ HACER?
 • Evitar los factores desencadenantes si existen, como películas o lectura de libros excitantes. 
• Escúchale y tranquilízale. 
• Explícale que era una pesadilla y ya ha terminado. 
• Haz que se acueste y se despierte a la misma hora, todos los días. 
• Sigue una rutina antes de acostarle, por ejemplo, baño, mimo, conversación o cuento relajado y a dormir. 
• Asegúrate de que su cama es cómoda y acogedora. Puede ayudar acostarse con su juguete preferido. 
• A veces facilita el sueño tener una lámpara de noche.

Terrores nocturnos 

Se reconocen porque una o dos horas después de dormir, el niño comienza a estar inquieto, chilla, grita o confunde objetos o personas con cosas peligrosas. Aunque le encuentres con los ojos abiertos y te mire fijamente, está dormido. Puede salir corriendo, sentarse o decir palabras sin sentido. A la mañana siguiente no lo recuerda. El desencadenante más frecuente es el cansancio y la falta de sueño.

¿QUÉ HACER? 
• Nada, es normal. 
• Cuando los terrores son muy frecuentes y a la misma hora, despiértale unos minutos antes, mantenle despierto c i n c o m i n u t o s , durante una semana. Puede ser eficaz.


Sonambulismo 
Suele aparecer entre los cuatro y ocho años y desaparece en la adolescencia. El niño repite las cosas aprendidas ese día. Puede lavarse, peinarse, dibujar, incluso salir de la habitación. Predispone la fiebre, el cansancio y algunos medicamentos. 
¿QUÉ HACER? 
No le despiertes. Si lo haces no recordará lo sucedido y se asustará. Pon medidas de seguridad en escaleras y ventanas, así como un cerrojo que le impida salir a la calle.



Trastornos del sueño. (2019). En D. R. DR. JUAN CASADO FLORES, Trastornos del comportamiento de niños y adolescentes (págs. 25-28). Madrid: ergon.


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